La dieta paleo se basa en la alimentación de nuestros ancestros para ayudarte a reducir la inflamación, mejorar la salud digestiva y recuperar tu energía. En este artículo te explico qué es la dieta paleo, sus principales beneficios, qué alimentos incluye y cuáles debes evitar, y cómo empezar paso a paso sin caer en errores comunes.
Como dietista especializado en dieta paleo y alimentación antiinflamatoria, te acompaño en este cambio con un enfoque práctico, sencillo, adaptado a tu ritmo de vida y a tus necesidades reales para que pierdas peso y te desinflames sin pasar hambre.
Empieza a nutrirte como un verdadero sapiens y descubre cómo comer de forma simple puede transformar tu salud desde dentro.
¿Te gustaría comer de forma más simple, nutritiva y sin procesados?
La dieta paleo propone volver a lo esencial: alimentos reales, no industrializados, similares a los que consumían nuestros ancestros. Lejos de ser una moda, es un enfoque alimentario que ha ayudado a miles de personas a desinflamarse, perder peso, recuperar energía y mejorar su digestión.
No se trata de cazar mamuts, sino de darle a tu cuerpo lo que reconoce como alimento verdadero.
¿Qué es la dieta paleo?
La dieta paleo (o dieta del paleolítico) se basa en consumir alimentos naturales y sin procesar, similares a los que nuestros antepasados recolectores y cazadores habrían comido: carne, pescado, huevos, verduras, frutas, frutos secos y semillas.
El principio es simple: si tu abuela no lo reconocería como comida, probablemente tu cuerpo tampoco lo digiera bien.
Beneficios de seguir una dieta paleo
- Menos inflamación y más energía
Al eliminar ultraprocesados, harinas refinadas y azúcares añadidos, reduces la carga inflamatoria del cuerpo. - Pérdida de peso sostenible
Mejora la saciedad, regula la insulina y favorece la quema de grasa sin contar calorías. - Mejor salud digestiva e intestinal
Al evitar gluten, lácteos y aditivos, ayudas a recuperar tu microbiota y reducir hinchazón, gases o digestiones pesadas. - Más claridad mental y mejor estado de ánimo
Una alimentación limpia impacta directamente en tu sistema nervioso y emocional.

«no es el peso que pierdes, es la vida que ganas»
Alimentos permitidos en la dieta paleo
1. Verduras de todo tipo (especialmente de hoja verde y raíz)
Las verduras te aportan fibra prebiótica, vitaminas, minerales y fitoquímicos esenciales que alimentan la microbiota intestinal y ayudan a regular la inflamación. Las de hoja verde (como espinacas, acelgas o rúcula) son muy ricas en magnesio, calcio y clorofila, con efecto alcalinizante y desintoxicante.
Las de raíz (como zanahoria, remolacha o boniato) proporcionan energía en forma de carbohidratos complejos, ideales para mantener niveles de glucosa estables sin picos de insulina.
2. Frutas frescas (no zumos)
Las frutas frescas contienen fibra, antioxidantes y agua, y su contenido en azúcares naturales está equilibrado por la matriz vegetal completa (a diferencia de los zumos, que concentran el azúcar sin la fibra). En la dieta paleo, las frutas actúan como fuente natural de energía, especialmente en momentos de mayor demanda física o en transiciones metabólicas hacia dietas bajas en carbohidrato.
Además, muchas frutas como los frutos rojos, la granada o la papaya tienen propiedades antiinflamatorias y digestivas.
3. Carnes magras, pescado, marisco
Las carnes magras (pollo, pavo, conejo, ternera alimentada con pasto) te aportan proteínas de alto valor biológico. Estas proteínas son fundamentales para la reparación celular, la función inmune y el metabolismo. El pescado azul (como sardinas, caballa o salmón salvaje) es rico en omega-3, con un potente efecto antiinflamatorio y protector cardiovascular.
Por lo tanto el marisco aporta zinc, yodo y otros minerales esenciales para el metabolismo y la función tiroidea.
4. Huevos de corral
Son un alimento completo y funcional, con todos los aminoácidos esenciales, grasas saludables, colina (clave para el cerebro y el hígado) y vitaminas liposolubles como A, D, E y K2. En el contexto paleo, se valoran por ser un alimento ancestral, denso en nutrientes y altamente biodisponible.
Además, los huevos bien criados no elevan el colesterol en personas sanas y ayudan a regular el apetito gracias a su efecto saciante.
5. Frutos secos crudos, semillas y aceite de oliva virgen extra
Los frutos secos crudos y las semillas (como nueces, almendras, lino o chía) son fuente de grasas saludables, fibra y antioxidantes. Te ayudan a regular el tránsito intestinal, nutren el sistema nervioso y prolongan la saciedad. El aceite de oliva virgen extra, base de la dieta mediterránea, es rico en ácido oleico y polifenoles con efecto antiinflamatorio, protector cardiovascular y modulador de la microbiota.
En dieta paleo es mejor evitar los aceites refinados y se priorizan grasas naturales no procesadas, como son las del aguacate, el coco o el propio aceite de oliva virgen extra sin prensar.
6. Hierbas, especias e infusiones sin edulcorantes artificiales
Las hierbas y especias (como cúrcuma, jengibre, romero, tomillo, orégano) no solo aportan sabor, sino también propiedades terapéuticas: son antioxidantes, digestivas, antimicrobianas y reguladoras del metabolismo. Las infusiones naturales (sin azúcar ni edulcorantes artificiales) favorecen la hidratación, el descanso y la función hepática, renal o digestiva según la planta utilizada.
Al eliminar azúcares añadidos y químicos, se respeta el equilibrio hormonal y se evitan interferencias con la señalización metabólica.
Alimentos prohibidos o a evitar
No todo lo que parece saludable lo es para tu biología evolutiva. En la dieta paleo, se eliminan los alimentos modernos que tu cuerpo no reconoce fácilmente y que pueden provocar inflamación, desequilibrios hormonales o problemas digestivos. Te muestro qué alimentos son los que debes evitar para seguir una alimentación más coherente con tu salud y con tu genética:
- Harinas y cereales (trigo, maíz, arroz, avena, etc.)
- Lácteos (leche, yogures, quesos)
- Legumbres (lentejas, garbanzos, soja)
- Azúcar y productos ultraprocesados
- Refrescos, alcohol, aditivos químicos
¿Cómo empezar con la dieta paleo?
- Haz limpieza de despensa: elimina lo procesado
- Planifica tus comidas con antelación
- Aprende a preparar tus snacks y tentempiés
- Mantén una buena hidratación
- Escucha a tu cuerpo: la paleo no es rígida, es adaptativa
¿A quién le viene bien la dieta paleo?
- Personas con inflamación crónica
- Mujeres en menopausia con resistencia a la insulina
- Personas con trastornos digestivos (SIBO, permeabilidad intestinal)
- Quienes buscan un estilo de vida más natural y coherente
- Personas con exceso de peso o fatiga constante
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- No todas las personas responden igual al mismo plan
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La primera sesión juntos incluye:
- Plan nutricional personalizado con enfoque integral.
- Un análisis epigenético y una evaluación del espectro inflamatorio.
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«La salud no se compra ni se arregla desde fuera. Se recuerda, se entrena y se reconstruye desde dentro. Y tú puedes hacerlo con apoyo, conciencia y herramientas«