Te muestro los 4 factores clave que casi nadie te explica
La obesidad no es un problema de falta de voluntad. No se trata de pereza ni de glotonería. Hoy sabemos con claridad que la dificultad para perder peso es un problema complejo de origen neuroendocrino, inmunológico y metabólico. Un problema serio, que afecta a millones de personas en el mundo, y que se está convirtiendo en una de las causas principales de enfermedad crónica y reducción de la esperanza de vida, incluso en niños.
¿Sabías que…? En EE. UU., la mayoría de los niños nacidos hace una década podrían vivir menos que sus padres. Esto es un retroceso sin precedentes asociado al sobrepeso, la inflamación crónica y los trastornos metabólicos
Entonces… ¿por qué no consigues perder peso aunque lo intentes?
1. Porque no es solo cuestión de calorías
Tu cuerpo no funciona como una calculadora. El tejido graso no es solo una reserva de energía: es un órgano endocrino que produce señales hormonales y sustancias inflamatorias. Cuando está alterado, deja de ser un aliado y se convierte en un generador de inflamación silenciosa.
2. Porque hay un sistema inmuno-digestivo implicado
Antes de que aparezca la obesidad, la hipertensión o la diabetes, ya hay señales de alerta en el intestino:
- Disbiosis o alteración de la microbiota
- Inflamación de bajo grado
- Permeabilidad intestinal
- Alteraciones en la señal hormonal del hambre y la saciedad
Todo esto afecta al mesenterio, el tejido que rodea tus intestinos y que también es un órgano inmune y endocrino. Cuando este sistema se desregula, el problema ya no es solo local: se vuelve sistémico.
«no es el peso que pierdes, es la vida que ganas»
3. Porque tu ritmo circadiano está desajustado
Dormir mal o tener horarios caóticos altera tus hormonas del hambre, la insulina y el cortisol. Tu cuerpo, en modo “estrés”, te pide azúcar y grasa.
Y el problema es que en la naturaleza es raro encontrar alimentos que sean muy ricos en grasa y en azúcar al mismo tiempo. Pero los ultraprocesados modernos lo son.
Además, si no comes a horas regulares, tus procesos digestivos también se desajustan: la bilis y las enzimas pancreáticas se liberan sin comida que digerir, lo que puede dañar a largo plazo las células del colon.
4. Porque te falta estructura y ritual
Tu cuerpo necesita saber cuándo es hora de comer, de digerir, de moverse o de descansar. Como decía El Principito, “si vienes siempre a la misma hora, mi corazón empezará a latir con ilusión desde la víspera”. Tu metabolismo también necesita esa previsibilidad.
Comer cada día a una hora distinta, sin preparación digestiva, no solo afecta al metabolismo: también al estado de ánimo, al sueño y al sistema inmune.
¿Buscas una dieta efectiva para la bajar peso y desinflamarte en Madrid?
Te recuerdo que la solución pasa por cuidar los 4 pilares:
- Nutrición antiinflamatoria adaptada
- Ejercicio físico regular, no extremo
- Gestión del estrés y emociones
- Ritmo circadiano respetado (horarios, sueño, luz natural)
Solicita consulta, revisamos tu caso al detalle y diseñamos un plan antiinflamatorio adaptado a ti que no solo reduzca el ácido úrico, sino que mejore tu salud desde la raíz.
Diseñamos contigo un plan nutricional adaptado a tu contexto real, sin obsesiones ni alimentos aburridos. En tu primera consulta realizamos una evaluación completa que respeta tu biología y tus objetivos de salud a conseguir.
La primera sesión juntos incluye:
- Plan nutricional personalizado con enfoque integral.
- Un análisis epigenético y una evaluación del espectro inflamatorio.
- Supervisión clínica con herramientas de PNI y suplementación ortomolecular, todo unido a un acompañamiento emocional para que el cambio que realices sea duradero.
«La salud no se compra ni se arregla desde fuera. Se recuerda, se entrena y se reconstruye desde dentro. Y tú puedes hacerlo con apoyo, conciencia y herramientas«